27.12.06

Sueño

Hoy pude ver la inclinación del cielo desde mi ventana. Formado por pequeñas nubes rosadas de algodón, era como deslizarse por un tobogán cuyo fin paracía ser el infinito.
Pero llegó el final, no pudo evitarse (o eso es lo que prefiero pensar).
Aterrizamos sin necesidad de ningún equipo de emergencias y cada uno volvió a su vida. Sin decir adiós.
Las nubes van desapareciendo y mañana no serán iguales. Tendrán diferente forma y color, pero volverán a salir para emprender otra ruta; un nuevo camino.

Nostalgia, rabia, dolor, deseo: al pensar que sería capaz de volver a abrir aunque sólo fuese un paréntesis para repetir este viaje.

15.12.06

Indiferente

Llegó muy ilusionada de vuelta a casa, y yo como siempre apenas le di importancia.
Se había hecho un cambio en eso para lo que ella siempre fue tan atrevida. Vino corriendo a mostrármelo para que le diese mi opinión; y yo como siempre apenas mire, apenas hice comentarios al respecto y continué con lo que estaba haciendo como si de nada se tratase.

No paraba de verse al espejo y preguntar cómo le quedaba.
La verdad es que le sentaba bastante bien, reflejaba casi al 90% lo que es su personalidad. Tal vez el sentir eso fue lo que más me sorprendió incluso a mí misma. Pero yo apenas dije nada. Tal vez sea que me cueste hacer ese tipo de comentarios tan estúpidos a veces, que generalmente son sólo lo que la otra persona quiere oír.Tal vez sea ese uno de los motivos del silencio que tantas veces me inunda; a pesar de que preferiría ser capaz de hacer ese tipo de comentarios de forma totalmente natural, ya que a veces son necesarios para la otra persona. Pero no siempre soy capaz de hacerlo. Soy víctima del reflejo del cansancio del día a día, de los madrugones tras las noches en vela, del ruido de la ciudad, de las horas muertas, de la lluvia, del viento, del sol, de la claridad que me ciega: factores que me afectan y me vuelven tan fría como mis manos o la punta de la nariz en un frío invierno.

5.12.06

¿ Y qué si... ?

Me gusta cuando mis pupilas se dilatan y mis ojos se vuelven negros.
Me relaja llorar o reír a carcajadas cuando me dá la gana.
Me refugio en mi color y me siento protegida en mi propia piel.
Me hacen pensar todos y cada uno de los gestos y acciones de las personas que me rodean.
Me asusta cuando me doy cuenta de mi mala memoria para cosas que tenía que recordar.Y todavía me asusta más que teniendo tan mala memoria no pueda olvidar lo que necesito dejar atrás.
Me gusta continuar observando de cerca las huellas que como un gato has dejado marcadas en el cemento fresco.